ALGO ENTRE MANOS
Con dinero en mano todo se abre,
se abre la venia,
la comisura de labios,
la sinvergüenzura escondida,
la lisonja de hermanos,
porque bastan tres pesos
para que la golfa haga cambios
y prostituya hasta el blanco,
aquel que era sagrado.
Sea en minuta
o en fardos ligados,
¡cómo chiflan los diablos
con morbosidad y sarcasmo.
Con dinero en mano todo se abre
¡si señor!,
como las piernas del alma
que por más que les cueste
ser vistas ligeras, no ofrecen recato,
sonrojo,
decencia.
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